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“Cuidar la tierra, a las personas, redistribuir los excedentes”

LA PERMACULTURA COMO HERRAMIENTA PARA EL FUTURO.pimiento

Elías López Ros

 

¿QUE ES LA PERMACULTURA?

 La Permacultura ofrece una visión global sobre los graves problemas de nuestra sociedad y nuestro planeta. Cuestiona nuestros valores partiendo de un planteamiento ético básico:

  • Cuidado de la Naturaleza.

  • Cuidado de las personas.

  • Redistribución de los excedentes.

Su filosofía es cooperar con la Naturaleza en lugar de luchar contra ella.
Aporta una Metodología de Diseño que:

  • Invita a una reflexión sobre las propias necesidades y la responsabilidad personal.
  • Aporta el máximo de eficiencia y productividad a los ecosistemas que planifica, buscando el equilibrio entre las necesidades humanas y las del ecosistema.
  • Relaciona los factores geobiológicos y el factor humano, en un único proceso de transformación interior- exterior.
  • Ofrece un instrumento de fácil aplicación a procesos colectivos de toma de decisiones sobre el uso y gestión de los recursos, facilitando la coordinación entre la Administración, los profesionales y la población.

Se puede definir como ecología aplicada a todo nuestro entorno y nuestras actitudes. La palabra clave es diseño, una buena planificación puede resolver cualquier conflicto ambiental, político, social y económico. Los problemas son soluciones.

La escala de actuación se basa en diseñar o redefinir espacios para transformarlos en ecosistemas, que de por sí se autorregulan y donde el mantenimiento es mínimo y la diversidad y productividad máximas. Puede aplicarse en la terraza de tu casa, en un jardín, una ciudad, o una región entera. Sólo es cuestión de observar la naturaleza y tratar de imitarla para conseguir la integración de hombre, flora, fauna. Rompe con el esquema humano del orden y la separación, ya que está demostrado que la fertilidad y la riqueza se basan en la diversidad y variabilidad de sus componentes y de las conexiones favorables que se producen. 

La permacultura tiene sus antecedentes en la agricultura natural desarrollada  por el japonés Masanobu Fukuoka y en todas aquellas tribus indígenas que han vivido plenamente integradas en la naturaleza. Pero fue a principios de los setenta cuando el australiano Bill Mollison acuño dicho termino y lo empezó a difundir por todo el mundo. El año 1985 recibió el premio Nobel alternativo, saltando así a la fama y actualmente la permacultura está muy difundida en todo el planeta, sobre todo en el tercer mundo como herramienta de autosuficiencia.


LA PERMACULTURA COMO HERRAMIENTA PARA EL FUTURO.

No hace falta analizar mucho dentro del complejo entramado tripartito: político - económico y social para darnos cuenta de hasta donde hemos llegado y las consecuencias que se derivan. Que nuestro bienestar y nuestro poder adquisitivo se debe a una explotación directa del tercer mundo y la naturaleza.

Que nuestro respirar causa muchos males y por supuesto todos aquellos bienes que compramos (como acción a favor de la demanda y del mercado) inclinan la balanza a uno u otro lado. Una balanza que para nosotros no significa mucho pero que en ellos depende de una vida digna o incluso la muerte.

Ya nadie lo pone en duda, pero siempre nos viene reflejado a nuestra memoria (histórica por otra parte) en letras minúsculas.

Lo cual contradice la tendencia actual de esta nueva era en la que entramos que es la de las telecomunicaciones: la rapidez, calidad y visión de lo sucedido en el mundo conjunto a mejores medios de transporte, la era de la globalidad sin precedentes, pero que a la vez se siguen aplicando mecanismos represores como son las campañas de silencio y de la desinformación, la información basura o la captación del ocio del vacío consumista, dispuesto por unos intereses que están ahí anónimamente pero que atrapan el mundo entero.
Diariamente se suceden cientos de noticias acerca de injusticias sociales todas ellas relacionadas con la miseria y de fácil solución, las cuales pasan desapercibidas por los medios de comunicación más cercanos y lo mismo podría decirse de los desastres medio ambientales, cuestiones fundamentales en nuestra vida. Ya que medio ambiente y tercer mundo van cogidos de la mano, pues no en balde los recursos naturales son el único sustento de pan y magia para estas gentes. Pero el sistema económico valora más una cadena de música que una patata. Es decir que las materias primas siempre cotizan mucho menos que la tecnología por lo que resulta imposible que estos países salgan del pozo y a la vez nuestro sistema valora más la subida o bajada del dólar que el nivel de oxígeno en nuestra atmósfera.

Quien domina el mundo o como se mueve es una cuestión clave en esto de la cooperación

Se mueve en una globalidad, donde todo está conexionado, con interacción en todos los niveles tripartitos antes mencionados, en un juego loco, siendo la posesión de bienes la pelotita loca del juego: frenético, egoísta y lo que es peor sin salida.

Si la economía de las divisas y las multinacionales domina, es porque políticamente se les apoya (y ya se encargan ellas de inducirlo) y nosotros como masa social hipnotizada también la favorecemos, digamos que la economía es el tronco y las ramas la política, mientras que la sociedad son las hojas o los brotes que chupan la savia que nos mandan como resultado casi inevitable de ese poder imparable donde los intereses son más poder sobre poder. Mientras que los frutos de ese árbol, frutos del progreso, fruto de esos desequilibrios e injusticias que tanto se suceden, aunque nos los vendan pintaditos de arcoiris y dulzones, cuando son grises, amargos y sin aliento. La señal última de que hemos tocado fondo es la pérdida total de valores que se da en el primer mundo, realmente giramos sin rumbo y comemos manzanas podridas versión Adan y Eva, aunque con brillo industrial por fuera.

Pero se olvida lo más importante dentro de esta escala de nuestro gran árbol de la biosfera, ya todos casi olvidamos las raíces y ese aire y agua que lo mueve todo, las raíces como base y sustento del árbol siguen siendo el entorno del cual dependemos, es vida y naturaleza, ambas inseparables.

Que seguimos dependiendo diariamente en cada instante de la naturaleza para vivir es quizás la más clara de las evidencias y como evidencia necesita de un giro de 180º.

 ¿Cómo hacerlo ?

Reflexionemos.
En la naturaleza cualquier mutación o evolución siempre empieza desde una célula, desde un brote, o sea desde uno mismo, quizás como masa seamos el follaje enfermo pero como brote individual que se renueva cada año o con ayuda de un injerto las cosas pueden cambiar. Porque dentro de esta maraña aún conservamos nuestra pequeña libertad individual y nuestro pequeño margen de decisión.

Repasando nuestra historia vemos que hemos ido alejándonos de la naturaleza poco a poco pasamos de tener miedo ante ella a querer dominarla y en cambio no comprenderla nunca. La razón nadie la sabe, queramos o no dependemos de ella por lo que es mejor estar a favor de ella y convivir con ella que no en contra, porque hemos llegado a un punto donde estamos obligados a realizar ese giro y retornar de nuevo a nuestra raíz principal fuerte y profunda, sin contentarnos con las superficiales porque al final no habrá más remedio que hacerlo. El Club de Roma ya lleva años alertando al mundo del peligro ecológico de la biosfera, hemos sobrepasado la frontera de los límites del crecimiento, más allá de la capacidad de este enorme ecosistema de tragar (y regenerar) toda nuestra polución reflejo de un nivel de destrucción tan grande en los últimos 50 años, guiados por un sistema lineal, sin control, sin retorno, sin oportunidad para ciclar, tal y como sucede en la naturaleza donde todos son ciclos en los que no se desperdicia nada.

Es por nuestro bien, la naturaleza es lo suficiente sabia como para adaptarse a las circunstancias y renovar vida de la nada, de hecho ya había vida incluso sin oxígeno en la tierra y recordemos que nosotros tan sólo somos un eslabón de la cadena, el problema es si tenemos sensibilidad suficiente para pensar en las generaciones futuras de los seres vivos del planeta.

Está claro que necesitamos un cambio para el próximo tercer milenio.
Por lo que es mejor emprender este camino poco a poco, que en un futuro tener que adaptarse bruscamente con peligro para nuestra supervivencia.

Es por ello que nace la permacultura porque ofrece precisamente esa posibilidad: ir a favor de la naturaleza, de dar un freno a la infertilidad, decir basta ya, quiero disfrutar, quiero unirme a mi origen único y verdadero, la naturaleza. Salir del sistema, desde el pensamiento, y contemplarlo con sus brutalidades, su ajetreo, como de verdad es ajeno a todo color. Y entonces plantearse la transformación.

Una vez alcanzada dicha conclusión, el paso siguiente es que seremos el “patito feo” del sistema y el esfuerzo tan grande para luchar contra este “ogro” económico de la codicia y la avaricia, el cual no está nada dispuesto a que una serie de brotes de su rama decidan dar una nueva flor de esperanza y por tanto se salgan del sistema. Así, no es fácil decir de repente “me salgo, no quiero seguir contribuyendo a esta injusticia y desigualdad mundial”, porque realmente la complejidad del sistema te crea dependencia; ésa es la clave de su maleficio, una vez dentro no ves salida sino barrreras. “O compras o vendes, sino no existes” así de crudo es su lema. Y aunque te gustaría romper con ello al final abandonas. Es cierto que la apisonadora avanza rápido y el brote al principio es débil pero a la vez es necesario poner la primera semilla y a partir de ahí no será tan difícil. Para eso estamos aquí.

En este punto de la reflexión es importante que todos no sólo individualmente sino también como ONG´s o voluntariados, asociaciones o colectivos varios, empresas, administraciones etc, nos demos cuenta de que por encima de este tupido negocio está el entorno - madre y que somos los únicos que no actuamos con el sentir instintivo de conservación de la naturaleza nuestra madre.

Debemos hacerlo, no hay excusa posible. 

A mí me gusta utilizar la permacultura como término para expresar todo este sentimiento de armonía entre madre e hijo, es como la parábola del hijo pródigo de final de siglo. Un intento de regresar al paraíso perdido.

¿ Qué significa la permacultura ?, el significado es cultura permanente, que es lo que ha estado haciendo desde siempre la naturaleza: preservar, acumular saber, evolucionar con la paciencia de las cosas bien hechas.

Tiene relación con la onda venida de Rio ´92 sobre el término “sostenibilidad.” Podéis poner como ejemplo cualquier ecosistema: un bosque tropical, el desierto, los polos, un valle o el mar y en todos ha existido una cultura indígena milenaria capacitada para rescatar esa sabiduría esencial y poder aprenderla, desarrollarla y transmitirla de generación en generación. De hecho aún se sigue haciendo, aunque para muchos ha sido un golpe muy fuerte pasar de cazadores y recolectores en el jardín paraíso a agricultores, ganaderos y hasta urbanitas y destructores, factor este muy pocas veces tenido en cuenta en los programas de cooperación a menudo excesivamente progresistas.

Otra forma de definir la permacultura es como ecología aplicada. A todo y en todo, quizás como parte de un compromiso filosófico de revolución interior y exterior.

¿Como surgió esta tendencia? Viene de esa alerta social porque el entorno está desapareciendo de finales de los sesenta y setenta por algunos pensadores en la línea del libro “ La primavera silenciosa”. Es un paso más de este fin de milenio en el contexto evolutivo del sentir social.

Unos de los primeros que difundió esté pensamiento fue Masanobu Fukuoka con el libro “La Revolución de una brizna de paja” aunque utilizando el término de “agricultura natural”, pero fue en Tasmania Bill Mollison ( profesor de universidad) un buen día decidió apartarse de la sociedad y se fue a vivir en el bosque en una pequeña choza y durante años se dedicó a observar el funcionamiento del bosque virgen como ejemplo de un ecosistema ideal donde no falta de nada, la producción de biomasa es muy superior a cualquiera de nuestros sistemas agrícolas artificiales y dependientes del petróleo ideados por el hombre, es allí donde está la mejor de las escuelas y si la perdemos, perdemos todo el saber. Allí conviven plantas con animales en perfecta armonía. De ahí surgió la idea de la permacultura como forma de adaptar los ecosistemas naturales a nuestras necesidades, en donde convivan la flora la fauna y el hombre, y que los productos obtenidos sean aprovechables para el hombre, pero lo que se pretende es crear un ecosistema de modo que se autorregule y por tanto el mantenimiento sea mínimo, que las necesidades de unos sean cubiertas con los excedentes de otros favoreciendo conexiones útiles o beneficiosas de mutuo intercambio.

Es fomentar ese caos natural de las cosas, esa entropía positiva de la diversidad pero dentro de un desorden aparentemente desordenado. Pero que en realidad es un caos maravilloso.

Cuando tuvo claro el concepto y cómo aplicarlo se lanzó a difundirlo a partir de 1978 por todo el mundo, actualmente hay centros de permacultura dispersos en todas las regiones climáticas, habiéndose desarrollado sobre todo en el tercer mundo como herramienta de autoabastecimiento, para evitar la dependencia y la esclavitud de nuestro sistema capitalista: en México, Ecuador, Australia, India, Nepal, en la Africa subsahariana, y en el hemisferio del norte: en los países anglosajones y Alemania están bastante avanzados con proyectos de aldeas permaculturales, reuniones internacionales anuales y edición de una revista internacional. En España hay un importante centro en Tarragona y muy buenas iniciativas por Andalucía y Castellón.

Bill Mollison recibió el premio Nobel alternativo o premio global 500, calificativo este, que por ejemplo también recibió Joaquín Araujo.

Llevamos quinientos años exportando nuestro modelo de insostenibilidad capitalista al tercer mundo, sin contar con la opinión de las propias gentes incluso a través de los proyectos de cooperación de las ONG´s y del estado.
Recientemente organizamos unas jornadas sobre “Permacultura y desertificación”, en la que dos ONG,s extranjeras explicaban sus proyectos de cooperación en la lucha contra el avance del desierto haciendo uso de la permacultura en comunidades somalies y con grupos de nómadas del Sahel.

Digamos que en permacultura se trata con plantas, animales, construcciones e infraestructuras (agua, energía, comunicaciones ) sin embargo la permacultura no trata acerca de estos elementos en sí mismos, sino sobre las relaciones que podemos crear entre ellos por la forma en que los ubicamos en el paisaje.
Incluso la resolución de conflictos del hombre con el hombre y con la naturaleza, y para ello nada mejor que sembrarse en la naturaleza, como remedio de cualquier mal.

Es crear sistemas ecológicos viables y sostenibles a largo plazo. La permacultura está basada en la observación de los sistemas naturales, en la sabiduría que contienen pero a la vez sin pelearse con algunas tecnologías modernas (como la solar) y sobre todo romper el hábito de usar y tirar, todo es reciclable y aprovechable si se le aplica imaginación y puertas abiertas a la invasión verde de la naturaleza.

Realmente la armonía con la naturaleza es posible únicamente si abandonamos la idea de superioridad sobre el mundo natural. Realmente no somos superiores, nos queda mucho por aprender y conocer de la naturaleza. Empezando por reconocerla como un todo y no tratar de segmentarla y estudiarla por separado, así nunca obtendremos realidades sino experimentos de laboratorio.

Un árbol es algo de valor en sí mismo por el hecho de ser árbol aunque no tenga cotización comercial, simplemente es un ser vivo que cumple muchas funciones reciclando biomasa, proveyendo oxígeno y dióxido de carbono, dando abrigo a los animales, construyendo suelos, etc...

Permacultura es tratar de reflejar mediante un buen diseño, qué relaciones mantienen los distintos elementos vivos del ecosistema. Por ejemplo, un río es para un bosque como las venas para el hombre pero para un nenúfar es su medio de sustento; hay que ver lo relativo y específico de cada componente natural.

Con la permacultura podemos diseñar un balcón comestible (permacultura urbana), una granja o un jardín o toda una bioregión. Podemos tener parrales con abono verde en invierno y gallinas o cerdos revoloteando y algún banco o hamaca para la siesta del verano y de paso promocionar el turismo y las tartas de pasas con rica miel, en fin todo es cuestión de imaginar bajo un diseño previo.

La clave es la cooperación (que es realmente lo que hace la naturaleza) no la competición actual. Y como punto final que en permacultura los problemas son soluciones. Solo basta rodar a favor de la naturaleza.

Nota del autor:  La primera vez que oí hablar de permacultura, tuve ese temblor solidario, esa señal de encontrar aquello que andaba buscando toda mi vida, por aquella época y con veintidos años rebeldes, mi cruzada contra nuestra vida del bienestar capitalista cambio de rumbo hacia el sendero fértil.

ELIAS LOPEZ ROS

 

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