El cortijo, llamado Las Gallardas, por alusión a la localidad y a las mujeres que lo gestionamos, está ubicado entre las sierras de Cabrera y Los Filabres y muy cercano a la costa y poblaciones con mayor interés turístico
El cortijo tiene como principal sustento económico en la actualidad el alquiler a huéspedes. Es por tanto un lugar cuidado, amorosamente decorado y preparado para la llegada de visitantes. Pero no es sólo eso: tiene 500 olivos en producción y una gran zona ajardinada, además de zona pensada para el huerto.
En nuestro sueño , una vez acabada la fase de reforma para poder alojar personas, siempre ha estado presente una la gestión de la finca, de los olivos y del cortijo en general orientada al autoabastecimiento y al manejo ecológico de su producción.
Además de esto, Las Gallardas, es también un lugar para el desarrollo personal, un sitio deseoso de recibir personas y grupos interesados en realizar talleres relacionados con el crecimiento y el autodescubrimiento personal. La formación que nos acompaña tiene que ver con todo ello.
Y al cumplimiento de este sueño ha contribuido enormemente la realización del encuentro en el cortijo, por lo aprendizajes recibidos, el tragozo que ha quedado aquí y las interesantes relaciones personales que se han tejido. Además de la motivación a seguir aprendiendo y practicando desde los principios de la Permacultura.
Este año, de forma inusual y como si se tratara de un regalo del cielo llovió mucho en Almería y además lo hizo de forma benévola por lo que el paisaje se presentaba verde y colorido, dispuesto a acoger todo lo que allí iba a pasar, que fue mucho.
Debido a que el encuentro tuvo lugar durante el Puente de Mayo, fue un poco más largo de lo habitual y ya, desde el jueves fueron llegando personas que contribuyeron a la preparación del espacio, materiales y logística para que todo se desarrollara con normalidad. Se organizaron materiales y herramientas, se montó el sistema de lavado de platos, se preparó la cocina y otros espacios para la elaboración de los alimentos, se distribuyeron mesas y sillas, se decidió la zona de acampada y vehículos, se organizó la forma de gestionar los residuos y se colocaron carteles indicativos para que fuera más fácil que las personas se familiarizaran con el espacio y su distribución. Así mismo se preparó una zona de sombra entre árboles para la realización de talleres al aire libre.
Las personas fueron llegando en diferentes momentos y no pararon de hacerlo casi hasta el último día. Poco a poco el cortijo se fue llenando de tiendas de campaña, autocaravanas y se ocuparon también las habitaciones. Una explosión de vida y movimiento fue apoderándose del lugar. Se notaba enseguida que las personas que acudían estaban acostumbradas a este tipo de eventos. Se notaba en su autonomía, en su eficacia a la hora de moverse por el terreno. Una maravilla.
El encuentro se inauguró formalmente en el primer círculo, donde las personas se presentaron a ellas mismas y en muchas ocasiones también dieron a conocer sus proyectos. Todo de forma lúdica y amorosa.

También se distribuyeron los grupos de tragozo y sus coordinadore@s y la gente fue apuntándose a aquellas tareas que más le interesaban, a la vez que se cuidaba el equilibrio entre tarea y número de personas. También surgieron los roles de guardianes: el del ritmo y adaptación al presente de las actividades y los posibles cambios en el programa y el de acogida, acomodación y presentación del espacio.
Estos fueron los grupos de tragozo:
Grupo de cocina:
Bastante numeroso. Fue el encargado de organizar los alimentos que la gente había traído, elaborar los menús de comidas y cenas y mantener limpios y organizados los espacios de elaboración. Se comió de maravilla, hubo una gran diversidad y equilibrio todos los días. El grupo nos cuidó maravillosamente y su labor fue muy elogiada y valorada.
Grupo de pintura:
Era el encargado de pintar de blanco la fachada frontal exterior del cortijo. Tuvo algunas dificultades ya que hubiera sido necesario raspar con anterioridad, para que las sucesivas capas no se desprendieran. Se decidió encalar más adelante como mejor opción y mucho más ecológica. Aún así, la parte acabada quedó preciosa y luminosa.
Grupo de albañileria:
Fue el encargado de sanear un antiguo muro exterior de piedra e impedir así humedades en la habitación. Se retiró el mortero antiguo, se colocó la malla y se volvió a cubrir. Una obra fundamental para dar calidad a la habitación. Igualmente aprendimos como reforzar la estructura, los mejores materiales para usar en el futuro. Fue también un grupo bastante numeroso.
Grupo de olivar:
Teníamos previsto desbrozar el olivar, pero no hubo ni tiempo ni maquinaria suficiente para todo ya que las desbrozadoras se usaron en otro lugar casi permanentemente. Pero se trabajó en otra cosa. Algunos arbustos grandes habían crecido mucho junto a la valla y estaban comprometiendo la entrada de sol a los olivos y el crecimiento de sus ramas. Se podaron y se dejaron bajo control. Seguramente se retiren en el futuro ya que aprendimos que están demasiado cerca y además se llevan muchos nutrientes de la tierra.
Gallinero:
Pegado al olivar había una antigua cuadra llena de trastos, maderas, muebles…un caos. Era el lugar idóneo para hacer un gallinero pero no había ni puerta ni marco para hacerla. De un montón de maderas viejas y palets surgió por fin una puerta maravillosa y útil y hoy por hoy viven allí ocho gallinas y un gallo. Dos de ellas además fueron donadas por una participante en el encuentro. El primer huevo será considerado como el resultado de un precioso resultado colectivo.
Reciclaje:
Del mismo amasijo de maderas y palets, las manos creadoras y eficientes transformaron los materiales en una preciosa mesa que hoy ocupa una de las terrazas del cortijo. Igualmente se reparó otra que ya encontrará su destino. Toda una obra de arte.
Huerto y composteras
Este grupo fue también bastante numeroso. En la zona destinada al huerto había algunas cajoneras destinadas al cultivo. Se regeneraron con compost, estiércol y acolchado y se dejaron preparadas para su cultivo. También se elaboró una nueva cajonera desde el principio usando también los palets. Hay que decir que la nueva cajonera es la que mejor resultados está dando y contiene las plantas más sanas y vigorosas. Las antiguas se elaboraron de forma diferente en otro año y se cometieron errores que hoy comprendemos gracias al aprendizaje durante la construcción de la nueva. Nos queda pendiente ir transformando las antiguas con el método aprendido.
Cerca del huerto había un lugar destinado al compostaje. Se hacía directamente en el suelo en montones cubiertos. Durante el encuentro se construyeron tres composteras (de nuevo los amigos palets) que, además de convertir el espacio en un lugar más bonito, facilitan su uso y manejo. Una de ellas está ya usándose, allí echaremos además de los restos orgánicos y vegetales, el gallináceo que empezamos a tener. La sensación de aprovechamiento y dar valor a todo ha crecido en el cortijo.
También se elaboraron semilleros de plantas que hoy lucen en las cajoneras.
El compost que ya estaba se está utilizando, junto con estiércol, para regenerar algunas zonas del jardín cuyo suelo es muy pobre y se están añadiendo plantas, algunas donadas también por participantes en el encuentro.
Jardinería
El cortijo tiene una gran zona ajardinada con islas donde están las plantas decorativas, caminos y zonas sin trabajar. La mencionada lluvia había convertido el jardín en un sitio de difícil acceso en algunas zonas y la hierba alta y muy abundante se comía el terreno. Aunque en el momento del encuentro nos parecía precioso, tan verde, tan florido y nos daba pena desbrozar, de sobra sabíamos que con la llegada del calor sofocante que trae el verano, toda esa hierba se secaría, se volvería amarilla y el jardín se afearía mucho. Además el riesgo de incendio en un lugar que visita tanta gente aumentaba.Por ello, se desbrozó una gran cantidad de terreno, se despejaron los caminos y las islas volvieron a quedar a la vista para facilitar el trabajo de jardinería. Una de ellas, con propósito ornamental se sembró con girasoles procedentes de semillas que ya trajo un participante preparadas para su cultivo. También se abonó una parte para poder destinarla al cultivo de alcachofas, planta que consideramos además de útil, preciosa. Y que tiene una gran envergadura, además de aportar muchos nutrientes al suelo.Se dejaron hechos los agujeros para que en Otoño se planten árboles frutales que nos ayuden en el proceso de autoabastecimiento
Los Talleres
No todo fue tragozar…pudimos participar y disfrutar de diferentes y muy variados talleres, algunos programados desde el principio y otros que surgieron de forma espontanea.
La bienvenida y primera acogida nos llego a través de un taller de Biodanza al aire libre en el que disfrutamos, jugamos, nos divertimos y nos cohesionamos como grupo que iba a vivir una experiencia conjunta. El contacto, las sensaciones, la vivencia nos fue llevando por un camino de fraternidad.
Tomamos consciencia de nuestra impronta y nuestros principales rasgos vitales y de personalidad a través de sabias palabras en un taller de quirología védica en el que tras una aportación teórica tuvimos la ocasión de tomar nuestras huellas y conocernos un poco más gracias a las lecturas individuales que se fueron haciendo después.
Todas las mañanas, antes de desayunar, despertábamos al día y a nuestro cuerpo con el taller de yoga y chi kun. Una bonita manera de empezar la jornada y conectarnos con nosotr@s mism@s.
Pudimos aprender a elaborar Fermentos,conocimos su preparación desde el principio, aprendimos el proceso químico y biológico que se da en su elaboración, además de comprender los beneficios para el organismo de estas bebidas.
Tuvimos una sesión de Sonidos con cuencos en el que la paz, la relajación y la sanación fue invadiendo los cuerpos y órganos de las personas que participaron.
Aprendimos a darnos Masajes a nosotr@s mismos, todo un aprendizaje de autocuidado, llevado de una forma muy didáctica y participativa.
Y esos masajes se extendieron durante el tiempo libre en el que se montó una camilla y fueron pasando distintas personas que recibieron, a veces a cuatro manos, el placer de dejarse y abandonarse a las manos amigas.
Y pudimos asistir a una charla muy interesante sobre la historia del Cultivo de secano, impartida por una persona que lleva años investigando y encontrando vestigios de su paso por el tiempo en una zona que ha transformado en regadío las tierras, ocasionando en muchas ocasiones verdaderos desastres ecológicos.
La fuegovisión
Durante dos noches tuvo lugar el tradicional fuego de la noche en los encuentros. Música, sonido de tambores, canciones, risas y distensión alrededor de las llamas.
Una de ellas tuvo lugar una Ceremonia del cacao, en la que se pidió a los espíritus de los cuatro puntos cardinales, fuimos envueltos en el humo sagrado y bebimos el cacao preparado bajo ritual.
Las personas
Fuimos ungrupo muy numeroso, la asistencia fue muy alta,en algunos momentos llegaron a superarse las 50 personas y además de eso, muy variado. Personas que no conocían nada de permacultura, que gracias a la introducción inicial llevada a cabo en el primer círculo, pudieron adquirir algunas nociones.
Personas con una gran trayectoria en la red y en diseños.
Hubo reencuentros de personas que llevaban tiempo sin verse, hubo niñ@s, y sobre todo hubo muchas relaciones nuevas. Pudimos conocer a mucha gente con inquietudes similares y proyectos preciosos.
También recibimos la visita de grupos de voluntarios de otros espacios, como el Cortijo Los Baños (donde se desarrollo el anterior encuentro) y de Villa Paraíso, un cortijo muy cercano a Las Gallardas.
El último día de encuentro tuvo lugar la amablea de soci@s donde se informó de temas pendientes, se introdujeron mejoras para los próximos encuentros, se debatieron algunos temas importante, se asociaron nuevas personas y se decidió el lugar del siguiente encuentro.
Paralelamente se montó el puesto de la Repesei con libros, ropa y diversos artículos con el logo de la asociación y donde la gente acudía para inscribirse como socia.
Comimos y nos despedimos con una pequeña experiencia poniendo en común lo que nos llevábamos y lo que dejábamos.
Se recogió y se limpio el espacio y nos despedimos hasta el próximo tragozo y/o encuentro.
Pasado un tiempo, cuando la memoria se asienta y permanecen los recuerdos hemos preguntado a las personas sobre su participación en el encuentro y sus opiniones y sentires. Va aquí un resumen de lo escuchado.
La valoración de la experiencia en sí misma ha sido muy positiva. Se destaca la participación, la sensación de tod@s a una, la colaboración y el trabajo en equipo, las relaciones vividas, el descubrimiento de personas y el fortalecimiento de la red.
También se ha mencionado en varias ocasiones la sensación de certeza de que las cosas pueden ser de otra manera, que la autogestión es una realidad que funciona, que la solidaridad es un valor real, que, en general, se puede vivir de otra manera, que el apoyo mutuo existe y da buenos resultados y que la experiencia no tiene que monetizarse siempre.
Que existe otra humanidad y que es capaz de organizarse, crear y vivir al margen de lo establecido.
Se destaca la energía vivida, el amor en general, el descubrimiento personal, las vivencias en los talleres.
Los aprendizajes de técnicas, sabidurías y habilidades.
Las ganas de seguir aprendiendo e investigando. Muchas personas comentan como una motivación hacia el cambio, a iniciar proyectos transformadores y apostar por otros estilos de vida.
Y desde las Gallardas podemos decir que además de todo lo que se ha dicho, para nosotras ha sido un auténtico pistoletazo de salida para nuestro sueño y nuestro proyecto.
















Me encanta, un súper artículo.
Gracias por recoger la memoria y dejar huella, también digital, de nuestro paso por este maravilloso lugar.