Crónica encuentro de Verano en el Paraíso del Guardarríos – Moratalla 2024


Serían sobre las seis de la tarde del viernes cuando llegué con Elías a la finca paraíso del Guardaríos, Espacio de Gori. Algunos estaban allí desde el día anterior, preparando el espacio para la llegada de los demás.

La imagen que se me ha quedado grabada es la de Gori, vestido con túnica blanca y bastón de profeta bíblico, envuelto en luz, música y canciones; y a Alfredo lo recuerdo porque quién iba a sacar aquella música sino él. Ahora me doy cuenta que debía yo estar aturdido de felicidad porque no recuerdo casi nada más. Abrazos, besos, abrazos, más abrazos, qué locura tan genial.

A Gori se le encendió la bombilla y tuvo la feliz idea de ir todos a bañarnos a la alberca, y allí, en pelotas, hacer las presentaciones subiendo por turnos a los escalones de esta. Momento de primaria gran conexión y armonía. Después se relataron las tareas por hacer y las empezadas, no sé si dentro de la alberca o después. Poner bolsas de papel a las uvas; coser unos mantos de cañas; El water seco; desbrozar; y la construcción de un cobertizo adosado a la carpintería que ya habían empezado desde la mañana o el día anterior.

En las cañas nos juntamos cinco o seis, entre los que se encontraba Elías, Ángelo ; los dos últimos parece que hacen buena pareja; estaba la hermana de Gonzalo venida de valencia con sus dos retoños y la abuela; una chica de pelo rizado como coordinadora de la tarea y más… un grupo parecido se dedicó a embolsar uvas, en la obra otros tantos, y los demás que íbamos pasando por allí de vez en cuando;

Akiris, italiano del que si recuerdo su nombre se envalentonó con una motosegadora/desbrozadora.

En el water seco estuvo nuetra querdísima y súper activa Frances, originalmente inglesa, permacultora consagrada y bióloga, que ya después de tantos años es más de aquí, con finca en permacultura, que de allí; y con ella un vikingo grande como los de las pelis.

Y de vez en vez caía un baño en la alberca donde siempre había niños y adultos con quien compartir.

Poco a poco algunos nos fuimos arremolinando en torno a la cocina y preparando la cena de traje que prometía ser altamente apetitosa. La mesa estaba ya desbordada de alimentos maravillosos y de traje cuando llegaron los últimos comensales, los de la obra, había que dejar los pilares puestos para poder continuar al día siguiente. La cena discurrió en un ambiente distendido y sonriente, y personalmente destaco la Kombucha de Celina, que ella decía que estaba un poco pasada y a mí me gustó por encima de nada.

Todavía no habíamos terminado cuando sonaron los primeros acordes de guitarra que ahora tocaba Gerard, voluntario en el espacio de Gori, acompañado por más de una voz y mucha percusión. Y después la dulzura de Alfredo y la guitarra: Cambia, todo cambia. Cambia su rumbo el caminante aunque esto le cause daño, y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño. Cambia todo cambia...

Bueno y la sorpresa de la noche; los vecinos de Gori con amigos se unieron a la música. Se les recibió como recibimos a toda la buena gente, canción de bienvenida incluida. Se atrevieron incluso con algunas canciones de su repertorio, se pudo conjugar.

Antes de que acabase la velada, sentí que ya tenía mi copa bien llena y además empezaba a bostezar, así que sigilosamente, me retiré a dormir.

Y bien cierto que Gori fue el primero que se levantó el sábado por la mañana; activo por naturaleza. Cuando llegamos los primeros, él ya había preparado y buscado algunas cosas necesarias para la obra.

En la cocina, al fuego una olla mediana desprende aromas de azahar; se huele a café recién hecho; alguien corta rodajas de pan integral, otros preparan fruta… pronto el ambiente matutino se empieza a animar. han llegado más hermag@s felices de estar aquí, se unen a la fiesta del desayuno.

Abrazos, besos, saludos… Con alegre calma cada cual retorna a su tarea, algunos ya han pasado por la alberca a terminarse de despertar. Akiris arranca la desbrozadora, se oyen martillos y sierras; siguen llegando más corazones lindos en sus furgonetas; besos, abrazos, más abrazos, más besos… por todos lados se cuentan relatos nuevos, se informan de lo que han hecho unos y otros… se es feliz.

Está mañana ya hay muchas manos en las cañas, por lo que me uno al grupo de embolsar uvas que es tarea más delicada de lo que parece, pues algunas parras han trepado sobre olivos, almendros, y se han enredado con las zarzas, que, por cierto, están repletas de moras negras hermosas y ricas, que alguien después tuvo la feliz idea de recolectar.

Siguen oyéndose canticos aquí y allí, sonidos de tambores, djembes… risas, muchas risas. Luego me libero de toda tarea, paseo, baño en la alberca, visita a Akiris que sigue con la motodesbrozadora; reímos un rato, sigue con su tarea. Nuevas furgos se acomodan en la zona… algunos montan tiendas de campaña en el jardín.

Y ya el grupo de cocina prepara la comida. Están haciendo arroz con verduras en una sartén/olla inmensa, sobre fuego de leña en la cocina de piedra, al aire libre. El gran Angelo está a cargo de que el arroz se convierta en un manjar. En la cocina preparan ensaladas, salsas… todo envuelto en alegría y felicidad. Para la hora de la comida ha habido que hacer crecer la mesa, el doble o más. Se celebra una nueva ronda de presentaciones, esta vez en la mesa antes de comer. En una zona se conversa sobre fermentos, en otra sobre la huerta, se intercambian frutos y semillas; alguien está construyendo un domo de madera, otros le aconsejan y se citan para ir a ver. Y en ese ambiente se viste la mesa de manjares y llega la super sartén desprendiendo un rico aroma a arroz con verduras. Hay rica kombucha casera, Ginger exquisito que no había probado nunca, esta cerveza de jengibre resulta que tienen historia; me pareció una delicia de nuestro preciado Símada Luis; vino casero también y cerveza del super.

Personalmente, no le pedía nada más a la vida en ese momento tan genial. Luego vino recoger la mesa, tarea a la que me apunté alegremente, la cocina estaba tan animada o más que la mesa del porche; hicimos café para todos y varios postres deliciosos aparecieron sobre la mesa. Todo el mundo tenía mucho que contar, mucho de que hablar; mucho que compartir, así que la sobremesa se alargó acompañada de música y cantos.

Cuando Gori se levantó de su siestecita, algunos nos fuimos a la obra, quitamos las púas viejas de los tablones que irían sobre la vigas de madera para sujetar el techo y las subimos; faltaban algunas más que no había, con lo cual la obra también se dio por terminada. Las cañas estaban rebosantes de manos trabajadoras, de labios cantores y música; El water seco terminado, nuestro amigo el vikingo anunciando que ya se podía utilizar. Alguien se entretenía cuidadosamente colocando bien las muchas uvas que a veces arrastraban por la hierba. Todavía se oía a lo lejos la motodesbrozadora haciendo limpieza.

La cena del sábado fue un auténtico festín, si el viernes había sido abundante, el sábado mucho más, y más variada, supongo que por la mucha gente bonita nueva que había llegado. La mesa de la cena cada vez crecía y crecía a lo largo, y se tenían que buscar sillas para completar.

Algunos encendieron pronto el fuego en el lugar que Gori tenía para ello; un círculo de piedras bien ensambladas en el centro y a unos dos metros del fuego, otro circulo también de piedras alrededor, donde fuimos tomando asiento. Noche de fuego-visión. Canciones chamánicas, cantos a Gaia, relatos de amor; Guitarras, djembes, tambores. Y sorpresa, los vecinos de Gori se volvieron a unir a la fuego-visión.

Disfrute un buen rato de la fuego-visión, como había disfrutado de todo el día al completo. Así que rebosante y cansaete, me deslicé sigilosamente y me fui a dormir.

El domingo por la mañana no quedaba café, le habíamos gastado el suyo a gori, oooooh; así que infusión de azahar y alguna hierba más. llegaron más corazones bonitos, por lo que después del desayuno nos volvimos a presentar todos. La tarea central de la mañana iba a ser la reunión de la REPESEI; también estaba por nuestra excelente tesorera Claudia para aquellos que quisieran pagar su cuota, hacer aportación o directamente apuntarse a la red, como fue mi caso.

Estrella montó un pequeño stand en la cocina para vender o cambiar sus productos. Se decidió que íbamos a ocupar la mañana antes de la reunión con una excursión al río, a la poza del sastre. Y quedó establecido el grupo que se encargaría de cocina. Así con todo aclarado, grandes y pequeños, pusimos rumbo hacía el río.

No llevaba el agua de otras veces, de echo creo que apenas corría, pero el sitio es muy bonito. Algunos nos bañamos, otros no, pero todo bañado en alegrías y juegos. la anécdota del regreso, fue que nos encontramos un vertido de escombros a la orilla del camino; era casi todo gresite azul. Claudia, la tesorera, fue a por su coche con la intención de llevarse aquello y aprovecharlo para continuar un mural en casa de Paco y Heidi de Biosegura. Así fuimos llenando cajas y cargándolas en su coche.

Tarde ya en la mañana empezó la reunión de la REPSEI, al mismo tiempo que el grupo de cocina empezaba a preparar la comida, y Yorgos, preparaba un fuego para terminar de elaborar sirope de algarroba.

Me apunté a la cocina; preparamos cinco llandas de rica verdura y las metimos al horno de leña que ya las esperaba. preparamos varias enormes ensaladas, mayonesa de ajo… y más cosas que salieron de los trajes de los recién llegados. Aún hubo que hacer crecer más y más la mesa, La comida un festín, un alboroto de alegrías y cuentos.

Después de la larga sobremesa de la mayoría, con música, canciones y cuentos, y las pequeñas siestas de otros, vino un pequeño taller de elaboración de sirope de algarroba, donde nos dio a probar diferentes fases de densidad del sirope, alucinantemente rico, por cierto, y nos explicó las técnicas de cómo se elaboraba. Yo ya he hecho en casa, alucinantemente rico, por cierto.

Luego vino el Circulo de pareceres, donde cada uno hablo de cómo había vivido el encuentro, y después un círculo de abrazos, donde causalmente nuestro hermago Gori quedó en el centro, y el círculo se fue cerrando sobre él hasta que todos al unísono pudimos estar en contacto cuerpo a cuerpo. Fue para mí el momento más luminoso y amoroso de todo el encuentro.

Así que luego, cuando ya la tarde tocaba a su fin y se supone que íbamos a marcharnos; pues seguíamos todos allí, seguía la música; así que Gori viendo que nadie tenía ganas de marcharse pues propuso hacer unas migas para cenar. Qué bueno. Pero si apenas acabamos con la sobremesa y los pasteles.

La noche ya caía cuando me despedí de todos a la vez y me marché, alguien tenía que tomar la iniciativa.

Y ya solo queda decir: hasta la próxima vez que nos reunamos, los de siempre, los de antes y los nuevos que lleguen. Ahí nos iremos tejiendo, compartiendo y pasito a pasito, aprendiendo a vivir en armonía estos maravillosos encuentros.

Por cierto el próximo se celebrará en Elche de la Sierra, Albacete, y será el encuetro de otoño.


Acerca de Luis Gil Pérez

Soy entre otras cosas permacultor, facilitador de redes, organizador de encuentros, diseñador y fermentador. Me encanta aprender, por eso soy Símada, viajo por iberia apoyando proyectos alternativos a la vez que sigo aprendiendo en cada uno de ellos. He participado activamente en diferentes movimientos sociales, activistas y alternativos. Como Murcia Despierta, Radio 15M Murcia, La Espiral del Sureste Ibérico, Las Ramicas, Cauac Editorial Nativa, la Red Ibérica de Ecosldeas... y he coordinado, junto a buenos permacultoes/as, la Red de Permacultura Del Sureste Ibérico durante algunos años. Me encanta escuchar, expresar mis emociones, los fermentos, hacer experimentos, diseñar, jugar, la naturaleza salvaje, los árboles antiguos, las tradiciones ancestrales y la música en vivo y en directo.

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